“El Nazareno, la Dolorosa, marineros y pescadores. (II) De cómo pudo ser un
amanecer de la semana santa Coriana en el siglo XVII”
Anteriormente nos hemos referido al ancestral
acto del Encuentro cuando en la madrugada del viernes santo los Cristos
Nazarenos realizaban la estación de penitencia (4). Este rito escenificaba el
momento en que según la tradición piadosa María se encuentra con Jesús en la
calle de la Amargura de Jerusalén y comprueba palpablemente , las noticias que
le indicaban que su hijo iba a ser ajusticiado.
La IV Estación del Vía Crucis en la Vía Dolorosa de
Jerusalén conmemora el Encuentro entre Jesús y su madre mediante un pequeño
oratorio adornado con un bajorrelieve. Este encuentro, sin embargo, no aparece
en los textos canónicos.
Sería el
Encuentro en la madrugada o mañana del Viernes Santo un momento en que se
encogía el corazón y se inflamaba el fervor. Representaba paradójicamente,
plasmando el momento triste de la despedida del marinero que solía coincidir
con la llegada del buen tiempo primaveral, la esperanza ferviente del regreso y
reencuentro con su madre o su mujer, anhelo de todo hombre que salía al río o
la mar con la incierta esperanza de volver a verlas. Los hombres del río por
sus difíciles condiciones de vida se veían muy reflejados en la escena, cual
encuentro en la Vía Dolorosa de Jerusalén: El Nazareno padeciendo camino de su
cruel ajusticiamiento Calvario y la Dolorosa espectadora muda e impotente ante
el sufrimiento de su Hijo (4). Allí estaban emocionados participando
plenamente, aquellos curtidos hombres que debían sortear los peligros del río y
del mar, que en bastantes ocasiones morían tragados por las aguas, mientras sus
madres, esposas o hijas, esperaban en la orilla presintiendo doloridas el trágico
final de un regreso que se demoraba. No sabemos si en ese momento el cura de la
villa pudiera pronunciar el sermón de “la Sentencia”. Posteriormente ambos
pasos acudirían ya unidos en procesión a la parroquia a rendir homenaje y ganar
las indulgencias de la adoración del Monumento. Después las respectivas
procesiones del Señor de la Cruz Acuestas y la Dolorosa irían a encerrarse en
la ermita que fuera en ese momento la sede de la cofradía de marineros y
pescadores de Coria.
Imagen devocional
popular del Cristo Nazareno
Notas:
Bibliografía:
Pineda Novo, Daniel. El Hospital de la Caridad y el Cristo de Las Misericordias de Coria del Río. Conferencia inédita (2008).
Nieto Cortés, Juan Manuel. “Coria del Río. Aproximación a su realidad geohistórica” (1986).
Pineda Novo, Daniel. Historia de la Cofradía de Nuestra Señora de
la Soledad. Coria del Río (1972).
Pineda Novo, Daniel. Hermandad de la Veracruz de Coria del Rió. Su
Historia y sus vivencias (2006).
Pineda Novo, Daniel. Historia de la villa de Coria del Río. Ed. Ayuntamientote Coria del Río
(1968).
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