Breve Historia política de España desde 1812-1931 (1). EL NACIMIENTO DEL
PARLAMENTARISMO LIBERAL-DEMOCRÁTICO (1812 - 1876)
DEL
CÁDIZ ASEDIADO A LA VUELTA DE FERNANDO VII
Entre
1812 y 1814, en circunstancias trágicas: una doble crisis (la del Antiguo
Régimen combinada con la invasión napoleónica) obligó a un periodo
constituyente a imitación del francés de 1789. En un Cádiz asediado era
imposible el desarrollo de elecciones, de ahí que aquellos diputados fuesen
elegidos entre los ciudadanos gaditanos y los que lograron llegar a la ciudad.
Sin embargo diseñaron la primera Constitución española, que junto a la
norteamericana de 1787 y la francesa de 1791 son las tres primeras redactadas
desde el parlamentarismo democrático en el mundo. Parecía prometedor este prematuro
arranque en España, pero en pocos años nada quedaba de esa experiencia
democrática, pues el trono de Fernando VII y su maneras absolutistas d hacer
política se encontraban entre los más reaccionarios de Europa.
EL
TRIENIO LIBERAL O SEGUNDO ASALTO CON FRACASO
El
pronunciamiento de Rafael del Riego en enero de 1820 y su triunfo en marzo,
supuso un segundo asalto a la fortaleza del absolutismo. También fue un
fracaso. La experiencia acabó muy mal ante la nueva invasión francesa de los
cien mil Hijos de San Luis. Esta vez no entraban para llevarse al rey, sino
para reponerlo en el trono con todos sus poderes. España, el país del
oscurantismo y el clericalismo, veía como la Europa cuna de la razón y, en
especial, con la antaño Francia revolucionaria como verdugo, acababa con su
segunda aventura liberal en septiembre de 1823.
Mapa de las regiones de España del s. XIX tras la división politica provincial de 1833. Inmediatamente al llegar a la regencia en1833 María Cristina de Borbón bajo el gobierno de Francisco Cea Bermúdez, articula un estado centralizado dividido en 49 provincias. El proyecto fue ejecutado por el secretario de estado del Ministerio de Fomento Javier de Burgos tomando prácticamente otro no ejecutado elaborado en 1822. Esta división provincial respetaba unas regiones historicas
EL
REINADO DE ISABEL II O LA LUCHA POR LA FALSA REVOLUCIÓN BURGUESA ESPAÑOLA
Fernando
VI murió en 1833 sin hijos varones, quedando su trono en manos de su hija
Isabel II. El infante don Carlos, el hermano del rey, junto a otros realistas
que consideraban que el legítimo heredero era este hermano y no la hija
primogénita Isabel II, se sublevaron y empezó la Primera Guerra Carlista.
Bajo
el reinado de Isabel II se dio el falso constitucionalismo a pesar de las
apariencias.
Veamos
ahora cómo surge la base sociopolítica que será el pilar de la falsa
democracia. Estamos en el otoño de 1833 y la burguesía tiene la oportunidad de
hacer “su revolución”. Aquí llega la anormalidad española frente a la de los
vecinos del norte de los Pirineos. Aquí no hubo revolución burguesa de verdad,
sino más bien hubo un gran pacto con la nobleza para repartirse el pastel.
De
los procesos desamortizadores entre 1836 (la de Mendizábal) y 1855 (la de
Madoz) saldrá el denominado “bloque oligárquico de poder”. La nobleza de mente
más abierta, la que comprende que jugando al juego del nuevo capitalismo
acumulará más riqueza que ensimismada en sus viejas rentas agrarias, consigue
pactar con la burguesía más moderada, la que quiere emularla. De esta forma se
repartieron las tierras de la Iglesia y las comunales, marginando a la otra
burguesía y a las clases medias urbanas. Y no digamos al campesinado,
impidiendo la formación de una clase media rural. Por ello, de revolución
burguesa a la europea, nada de nada. Este bloque tiene como representantes al
Partido Liberal Moderado y al Progresista. Los progresistas van a ser partidarios
de la Milicia Nacional, el jurado popular, la soberanía nacional, la ampliación
del sufragio censitario y el laicismo. Por su parte, los moderados se oponen a
ello y son partidarios de la soberanía compartida, las buenas relaciones con la
Iglesia y económicamente tendían a defender el librecambismo que permitieran la
exportación de los excedentes agrícolas, lo que se adecuaba a los intereses de
sus bases sociales. Electoralmente defendían el sufragio restringido o sufragio
censitario (que limitaba el censo electoral a los más ricos, exigiendo para
obtener la condición de elector demostrar un determinado nivel de propiedad o
el pago de una cierta cantidad de impuestos) en razón de beneficiar a su base
social.
Ese
bloque oligárquico de los dos referidos partidos (puesto que los carlistas
estaban excluidos) irá elaborando diferentes regímenes constitucionales entre
1837 y 1868, con elecciones por sufragio censitario a su gusto y con el recurso
excesivo de los célebres pronunciamientos militares, todos casi todos acabados
en simples enfrentamientos y simbólicas ejecuciones de sus cabecillas. En estos
años isabelinos no se puede hablar de elecciones normales. Se turnan dos
partidos que representan a esa élite política: los moderados (alto burgueses) y
los progresistas (medio burgueses), entre ambos se sitúan los liberales
unionistas. Narváez, O´Donnell, Serrano o Prim, son los militares (espadones)
que vigilan los intereses del bloque con esos golpes mentados: 1843 (moderado),
1854 (progresista), 1856 (moderado) y 1868 (progresista con apoyo demócrata) y
sus Constituciones correspondientes: 1837 (progresista) y 1845 (moderada).
Puede
afirmarse que el proceso desamortizador de mediados del siglo XIX fue la base
de la vida política posterior. El español será un parlamentarismo de élite,
ajeno por completo al pueblo español, un parlamentarismo de base antiliberal, a
pesar de las apariencias. Cualquier manual de historia ilustra sobradamente los
casos estadounidense, de lucha independentista, y francés, con su modelo exportado
de revolución burguesa. Sin embargo apenas se cita a Gran Bretaña. Su
revolución se dio en el siglo XVII: fue el país que ejecutó a un rey, cuando en
Francia apenas podía pensarse ni por asomo ejecutar a Luis XIV. Fue el país
republicano (en una Europa de monarquías absolutas) de Oliver Cromwell, un
paréntesis en su tradicional historia monárquica. El caso británico es el caso
contrario al español: de una verdadera tradición parlamentaria que venía, ni
más ni menos, de inicios ¡del siglo XIII!, de la época de Juan sin Tierra.
"EL
SEXENIO REVOLUCIONARIO", UN PARÉNTESIS FALSAMENTE DEMOCRÁTICO
El
célebre golpe del general Prim en Cádiz, en septiembre de 1868, fue una nueva
ilusión perdida. Parecía que se iba a llegar al verdadero asentamiento de la
democracia en España. El bloque oligárquico ha perdido el control del Estado:
los progresistas, si querían expulsar a Isabel II, tenían que compartir el
poder con las clases medias. Ya no sirve el simple liberalismo: la clase media
exige un sistema democrático con sufragio universal masculino para poder
participar en el poder. Tras sucesos truculentos: asesinato de Prim, tercer
levantamiento carlista, rebelión cantonalista o primera guerra de Cuba, se
sucedieron dos experiencias sucesivas: la monarquía democrática de Amadeo de
Saboya y la I República española, además de corte federal. De nuevo volvemos a
estar en la cumbre de la libertad: junto a Suiza, es la segunda nación con
régimen político de república en Europa. Y además “democrática”. Con las crisis
citadas anteriormente, las internas y la colonial, es imposible una vida
democrática y electoral normal, a pesar de realizarse elecciones con sufragio
universal masculino.
En
enero de 1874, Serrano vuelve al recurso del golpe militar. Ahora se llegaba a
la república con dictadura personal. La oligarquía buscaba ahora su gran
oportunidad. Le llegó en diciembre de 1874 en Sagunto. Algo más de seis años
había perdido el control del Estado. Iba a poner los medios necesarios, tanto
legales como coercitivos, para no volverlo a perder hasta 1931.
Bibliografía
: Tomado y adaptado del blog HISTORIA Y PRESENTE. Articulo LAS ELECCIONES EN
ESPAÑA (1ª Y 2ª PARTES) http://histocliop.blogspot.com.es/
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