domingo, 25 de septiembre de 2022

38. Trama urbana y análisis provisional de los datos arqueológicos de Caura romana (Coria del Río).

 

F.J. Barragán de la Rosa Sept 2022

En época romana poseía Coria una privilegiada situación estratégica ocupando un otero que dominaba la salida deltaica del Guadalquivir al mar (Fig. 1). Esta paleodesembocadura en el denominado “estrecho de Coria”, comprendía el “cabo de Coria” (Caura) en una punta, donde se asentaba el núcleo de población, y el segundo vértice estaba constituido por Orippo (Torre de los Cerberos en el límite de su actual término municipal de Coria con Dos Hermanas).

A espaldas de Coria (Caura) y el estrecho en época romana se encontraba un lago (Lago Ligur) ribeteado por el Aljarafe y los Alcores, y bordeado de marismas. Por debajo de Caura se encontraba el Golfo Tartésico o Bético una gran ensenada marina que se iría colmatando. Por delante de Coria se abría un amplio golfo o ensenada marina (Golfo Tartésico). Al irse desecando el lago daría lugar a la Vega Baja del Guadalquivir entre Sevilla y Alcalá del Río, y posteriormente al irse colmatando y desecando el golfo marino surgirían las Marismas del Guadalquivir donde en época árabe ya estaban conformadas la Isla Menor y Mayor.

Bajo la dominación romana Caura tuvo importancia como cabeza de comarca respecto a otros asentamientos y villas del entorno. Caura (Coria del Río) junto a Olontigi (Aznalcázar) eran los focos principales de la parte sur del Aljarafe. Mientras que el sector norte del Aljarafe, del que actuaba como límite natural el río Maenuba (Guadiamar) estaban encabezado por Osset (Aznalfarache) y Laelia (Olivares).

Caura asentada casi en la costa marina de aquella época, fue una ciudad amurallada si tenemos en cuenta la denominación de "oppidum" -plaza fuerte-, que le dio el historiador y naturalista Plinio (s. I d.C.). La población romana ocuparía en un principio el cabezo del actual Cerro de San Juan.

Caura fue un enclave económico importante por su condición de oppidum portuario (ligado a la agricultura, el tránsito de metales y la pesca) y estar emplazada junto al río Betis cerca de su desembocadura al mar. Este puerto de Caura última ciudad promontorio, en la margen derecha de la paleodesembocadura del Guadalquivir, es el que explica la importancia histórica como enclave estratégico en las rutas comerciales que comunicaban la Península Ibérica con todo el Mediterráneo.





 

Fig. 1 Ciudades Romanas del Golfo Tartésico o ensenada/lago del Betis. Interpretación propia.

 

El núcleo original de Caura en el Cerro de San Juan y áreas alfareras

 

Para entender la trama urbana de Caura y su evolución desde el cabezo o acrópolis hay que analizar los distintos hallazgos arqueológicos que se han encontrado en el casco urbano de Coria de distintas excavaciones de urgencia esporádicas y dispersas. El oppidum de Caura tenía dos accesos al igual que se han conservado en la actualidad para el Cerro de San Juan: uno por la calle San Juan que le comunicaba con el puerto en el Guadalquivir y otra salida por la calle Tres Pajares que le comunicaba con el camino del Aljarafe (Camino de la Manta que va hacia Olivares paralelo al Riopudio).En la Fig 2 se aprecia la distribución de caminos que partían del oppidum en el cerro de San Juan donde se confinaba inicialmente Caura.

Como es sabido en torno a los caminos de salida de la ciudad, los romanos disponían sus necrópolis .Así es lógico que la necrópolis tradicional romana estaba situada en torno al comienzo de la actual Avenida 1º de Mayo. Era vía importante de comunicación el camino que llevaba desde Caura hasta al importante núcleo rural de Riopudio (Uncina) y de ahí a Aznalcázar y otra rama hacia Olivares y/o Santiponce, el inicio de este camino como es típico en los romanos estaba acompañado por tumbas a su alrededor. A)La ladera oeste del cerro de San Juan fue usada en la época romana como necrópolis, esta se fue extendiendo en torno al B) Corral del Pitero y a la Avda. 1º de Mayo i.e. a orillas del camino hacia Uncina usando el curso del arroyo Carrascalejo y conectando luego el del Riopudio. Posteriormente la necrópolis volvió a desplazarse con el tiempo hacia el Norte. Eso lo atestigua la intervención arqueológica de urgencia en el cruce de las calles Cervantes y Pajares, siguiendo en este caso el camino hacía Hispalis bordeando la cornisa del Aljarafe. Fue a partir de segunda mitad del siglo IV cuando se detecta en la zona enterramientos tanto de inhumación como de incineración . Curiosamente esas dos zonas suburbanas A) y B) en momentos distintos también han mostrado que fueron usadas como zonas alfareras detectada por la presencia de hornos romanos.


 

Fig.2 Planta habitacional de Caura romana  y caminos de acuerdo con las excavaciones arqueológicas efectuadas hasta la fecha. Interpretación propia a partir del mapa de J.L. Escacena Carrasco 1 Acrópolis Cerro de San Juan 2 Cerro de Cantalobos 3 hipotético puerto Norte 4 hipotético puerto Sur. En rosa zona de los hallazgos romanos.

Escacena Carrasco J. L. Fenicios a las puertas de Tartessos. Complutum, Nº 12, 2001, págs. 73-96

En la segunda mitad del s. I a. C. los césares Julio Cesar y Augusto hicieron grandes repartos de tierra a colonos itálicos de los que provienen ciertos latifundios dedicados en nuestra zona al olivar. El ager caurense estaría establecido sobre el borde sur de la Comarca del Aljarafe comprendiendo aproximadamente los actuales términos de Coria del Río, Puebla del Río, Almensilla, y Bollullos de la Mitación. La riqueza agrícola en esos latifundios se enfocaba, como ha sido tradicional primordialmente en el cultivo del olivar. De ello cabe deducir que asociada a esa riqueza estaría una industria alfarera particularmente de ánforas destinadas al envasado del aceite que contaban en Caura con los elementos esenciales de aprovisionamiento de barro y agua.

Efectivamente , al oeste del Cerro de San Juan hubo un complejo alfarero romano entre los s. I-II d.C. ese complejo alfarero integrado por diversos hornos refleja momentos de prosperidad y sus vasijas servían para dar salida a los productos de la zona (cereales, dolias, aceite y vino) que eran exportados en barco mediante las ánforas producidas en esos alfares. Muchos datos aportaron unos importantes hallazgos arqueológicos correspondientes a la época romana en la calle Cervantes frente a la desembocadura de la c/ Pajares.

Las ánforas cargadas de aceite proveniente del valle del Betis (Guadalquivir) llegaban desde el principio de la colonización romana a la ciudad de Roma mediante transporte a través del Mediterráneo. En Caura existió una figlina o taller de cerámicas en las proximidades de la Avda. 1º de Mayo (solar nº 4) donde se produjeron ánforas para aceite y otras de vino o salsarias con unos cinco hornos constatados y en funcionamiento entre el 2º cuarto del s. I y finales de este siglo. Esto coincide con el hecho de que normalmente los alfares estaban situados cerca del río como vía natural de comunicación y en zonas periféricas de la urbe para evitar la contaminación por humos que provocaban. A partir de este momento se observa el fin de esos hornos y una reducción de los asentamientos rurales en el ager caurense.

Fig. 3 Horno Romano típico como los hallados en Caura

No obstante, a principios del siglo II d.C Caura alcanzaría su mayor prosperidad como ciudad portuaria, pues en ese momento es cuando el comercio a través del río alcanzó su apogeo y de esa época es el altar funerario dedicado a la flamínica Blattia Procla que se conserva en la ermita de San Juan. La elección de la flamínica se daba en ciudadanas que gozaban de una situación económica y social elevada De ser Blattia Procla natural de Caura se deduciría la nobleza de algunos de sus habitantes y de ejercer en el Templo Imperial de la misma Caura se deduciría su categoría como ciudad.

Los alfares de producción cerámica y en particular de ánforas al oeste fue amortizado por una villa suburbana a mitad del siglo II Esta villa suburbana de la Calle Cervantes entre la Avenida 1º de Mayo y C/ Pajares en la vecindad de la acrópolis perdurará hasta principios del s. III. Ya para entonces la parte del oppidum decaería en favor de la parte baja del pueblo abandonando el cabezo.

 En parte el comienzo de este declive agrícola y comercial de Caura pudo deberse a una seria competencia que empezó a notarse por la mayor producción de aceite en el norte de África para cubrir los suministros del Imperio.  . Este comercio solía realizarse por vía fluvial, mucho más barata que el transporte por tierra.

 Las villae se abarcaban la totalidad del ciclo agrícola, incluyendo zonas de almacenamiento de materias primas (aceitunas, trigo y uvas) y zonas de producción (prensas de aceite, molinos, lagares). Junto con la zona productiva, muchas villae disponían de una zona residencial tanto para sus trabajadores como para los señores.

Caura romana baja desde el Cerro de San Juan

El descenso desde el cerro a la parte llana fue progresivo y en ello pudo intervenir factores de comodidad, reducción de la población y erosión del río Guadalquivir sobre la ladera este del Cerro de San Juan. La zona llana romana estaría constituida por el perímetro urbano del casco antiguo comprendido aproximadamente entre las calles Nebrija-Altozano-Rosales y Santa Ángela de la Cruz- calle Quevedo y Antonio Pérez hasta la línea del río Guadalquivir. En el siglo II d. C. desde el año 161 d.C. en tiempos de Marco Aurelio Antonino apareció una epidemia muy cruel proveniente de extremo Oriente que se prolongó con rebrotes hasta el año189. El comercio exterior romano se hundió En esos momentos el Imperio Romano afrontó una crisis que. Sin duda Caura afectó de manera directa la economía retrocede a niveles de mera producción local de subsistencia. lo que restringía la actividad comercial y Se observa en estos momentos un retroceso en la población de Caura marcada por el comienzo del abandono del cabezo ( en el s. XIX el francés A. Engel refiere que encontró en el Cerro de San Juan unas tumbas tardorromanas que indicarían que ya se había completado el abandono habitacional del Cerro en favor de la parte baja del casco antiguo de Coria).

Por los datos arqueológicos de que se dispone, el núcleo original de la Caura en el cerro de San Juan, se fue deshabitando de forma paulatina desde mediados del s. II en periodo imperial romano. La acrópolis contaba al parecer con dos puntos de bajada uno por la actual C/ San Juan y otro por la C/ Tres Pajares en este caso esta bajada siguiendo hacia el Oeste daba acceso al camino que siguiendo el arroyo Riopudio se dirigía al corazón del Aljarafe (atravesaba la necrópolis denominada del Corral Pitero) hacia Uncina, Laelia (Olivares) y seguía hasta Itálica. Si se tiraba hacia el Norte bordeando la cornisa del Aljarafe se iba a la ciudad Betis(¿Vergentum?), Osset e Hispalis. Simultáneamente que la ciudad de Caura se trasladaba a la parte baja aparece la ocupación del actual casco antiguo de Coria del Río. En la excavación del cruce de la C/ S. Juan con Méndez Núñez se documenta que la primera ocupación de la parte baja se produce entre los s. II-III d.C. En esta excavación de urgencia descubrió una calzada romana en la que superponen estructuras de dos épocas distintas y que discurren paralelas a la actual c/ San Juan. En el margen derecho de la misma se descubrió también un muro perteneciente a una vivienda. Curiosamente la orientación actual de la C/ San Juan es ligeramente SO-NE que puede provenir al menos del s. XIII tras la conquista cristiana y difiere de la que en el s. II nos indica una calzada romana de ladrillos que pasaba por la casa Méndez Núñez no. 11 . Esto indicaría que si esta calzada era de subida al Cerro de San Juan y lo intersectaba en su punto medio , el Cerro de S. Juan sería más amplio hacia el Este y que fue recortado con el tiempo por la erosión del río Guadalquivir, tal como se observaactualmente en la quebrada y barranco del mismo que mira hacia el río. Este pudo ser también motivo de abandono progresivo de la acrópolis romana.

  No obstante, en el s. III aún se conservan materiales domésticos cómo cerámicas en la zona del cabezo, que atestigua todavía la existencia allí en ese siglo III de ciertos edificios que parcialmente ocupan el cabezo, esto pudiese corresponder a un uso militar. Ciertamente con el despoblamiento del cabezo, empieza a detectarse en esta zona del cerro también un uso funerario que se prolongaría hasta época tardorromana. Estas consideraciones se deben tomar con prudencia, porque son deducciones hechas sin que medien excavaciones arqueológicas planificadas, sino hallazgos ocasionales (Fig 2).

Los alfares de producción cerámica y en particular de ánforas al oeste fue amortizado por una villa suburbana a mitad del siglo II Esta villa suburbana de la Calle Cervantes entre la Avenida 1º de Mayo y C/ Pajares en la vecindad de la acrópolis perdurará hasta principios del s. III. Ya para entonces la parte del oppidum decaería en favor de la parte baja del pueblo abandonando el cabezo.

Durante el siglo III d. C. cesaron las conquistas del Imperio Romano y este entró en una grave crisis que también pudo afectar a Caura. Lo cierto es que sobre el s. III d.C. la mayor parte de la población romana de Caura, ya había descendido del Cerro de San Juan. La comodidad del terreno y la cercanía de las aguas del Betis contribuyeron a esta evolución urbanística.

En esta época de Valeriano (253-260 d. C.) se produce el corte de las exportaciones de aceite bético a Roma y su sustitución por el africano que perjudicaría a Caura. A ello contribuiría la inseguridad que especialmente se vivía en la Bética Se sospecha que las ciudades béticas redujeron su casco urbano.

La recuperación de la agricultura y oleicultura hispana, y por lo tanto de la Bética, se produjo progresivamente en los años que van desde Aureliano (270-275 d. C.) a Teodosio I (379-395d. C.)

 A partir del s. V Caura y su ager empieza a sufrir una gran decadencia, pues se asiste a un cambio del modelo de explotación del agro que supone la progresiva desaparición de muchas villas. Las tierras se explotan ahora no en régimen de propiedad, sino de colonato por agricultores con dificultades para vender su producción pues ya no se produce la exportación de excedentes. Caura no sería ajena a este fenómeno, pues se merma su actividad y se observa en su ager que muchos asentamientos rurales van paulatinamente desapareciendo.

En el cruce de la calle Martijera con escalera de San Juan de la acera derecha se ha detectado en una excavación unas naves de almacén que tienen una primera etapa entre los s. I a. C. y el II d.C. en que se derriban después de venirse a ruina (esta decadencia del almacén puede vincularse a una crisis relacionada con el decaimiento de la minería de plata como fuente de riqueza que repercute en toda la zona de la margen derecha del Betis). En ese emplazamiento se reconstruyen unos nuevos almacenes portuarios en el s. IV y que son abandonadas a mediados del siglo V. En ambas fases pudo tratarse de un almacén vinculado a cualquier uso portuario o dedicado a guardar conservas y salazones en ánforas. El frontal o fachada de las naves debió estar orientado perpendicularmente a la línea del río que por cierto tiene la misma orientación que la calzada de ladrillos que se dirigía en ese sentido desde el yacimiento del cruce C/ San Juan -Méndez Núñez de la época romana SO-NE. Tras el abandono de estas instalaciones del s. V no se vuelve a ocupar el sitio hasta entre el s. XVII-XVIII que es cuando se construye una casa. El abandono de las naves portuarias puede indicar una crisis del puerto de Caura a partir del s. V por algunas causas no bien determinadas (cambio del curso del río Guadalquivir que se alejase de Caura o acontecimientos políticos que impactan a la sociedad hispanorromana de ese momento). 

BIBLIOGRAFIA GENERAL

 

Caura arqueología en el estuario del Guadalquivir. José Luis Escacena Carrasco (coord.), Álvaro Gómez Peña (coord.), Luis-Gethsemaní Pérez-Aguilar (coord.) Ed. Universidad de Sevilla (2018)

Ibid. Nuevos datos acerca del área suburbana de "Caura". Intervención arqueológica en c/ Cervantes 16 Manuel Buzón Alarcón

Arqueología de Coria del Río y su entorno Rev. Azotea nº 11-12. Coria del Río (1993)

Arqueología e Historia de Coria del Río Rev. Azotea nº 15. Coria del Río (2005)