jueves, 4 de enero de 2024

40.LOS BARCOS DE VAPOR DESDE SEVILLA A SANLÚCAR PASANDO POR CORIA

 


El 14 de julio de 1817 se anunciaba el establecimiento de una línea regular de vapores entre Sevilla y Bonanza por el río Guadalquivir. El viaje inaugural se efectuaría el miércoles 16 de julio, comenzando la navegación a las seis de la mañana, estando previsto llegar a Bonanza unas nueve horas después (los barcos al uso tardaban entonces normalmente dos días e incluso 8 ó 10 días según los vientos y las mareas). El nombre del barco era “Real Fernando”, un barco de 23 metros de eslora, 6,8 de manga y poco calado, construido en unos astilleros sitos en Triana y botado el 30 de mayo de 1817.Este barco de paletas , como eran entonces todos los accionados mediante caldera de vapor, fue el primero a vapor construido en toda España. El barco partía de las proximidades de la torre del Oro y viajaba días alternos en cada sentido. 

 

El 31 de Mayo de 1817 se bota en la orilla de Triana .el barco a vapor Real Fernando más conocido como el Betis . Se destinó a hacer la línea Sevilla-Sanlúcar-Cádiz y fue el primer vapor construido en España.

A partir de la primera mitad del siglo XIX, se puso de moda trasladarse a Sanlúcar de Barrameda para la clase pudiente sevillana para veranear junto al mar. Coincide ello con los primeros barcos de vapor con paletas que hacían el  trayecto navegando por el Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda. La famosa compañía Ybarra se crea en 1860 para construir el vapor Itálica, y establecer la línea Sevilla-Bonanza. En 1870 había navieros, cono Nieto García, que ofrecían servicios casi a diario también en el invierno, entre Sevilla y Sanlúcar. Nos encontramos que de 1885 a 1900, viajaban entre Sevilla y Sanlúcar los vapores San Telmo y Victoria. El vapor Victoria era uno de los más solicitados.

 Desde finales del XIX  a los primeros decenios  del XX, existió la línea de vapores que unía Sevilla,  San Juan de Aznalfarache, Gelves, Huertas del Copero, Coria del Río y Puebla del Río servida por vapores como “Margarita”, “Bajo de Guía”, “Sanlúcar”, “Triana” y “Guadalquivir”. Casi todos esos vapores se hacían además los fines de semana el servicios de veraneantes desde Sevilla a Bajo Guía, en Sanlúcar. Aparece en la prensa que durante los meses de julio y agosto de 1914 la compañía “vapores Millán” realizaba el servicio de temporada entre Sevilla y Sanlúcar con los vapores de gran marchamo Cádiz, Mercedes, Virgen de África y José María.

En 1922 comenzó a operar el servicio de transporte de pasajeros y mercancías por el Guadalquivir, la llamada línea "Sevilla-Sanlúcar-Mar" servida por la compañía naviera de igual nombre. Esta compañía de vapores fue creada por D. Luis de Olaso y Madaria, II marqués de Olaso y duró unos diez años. Dicha compañía naviera dispuso de dos muelles propios para atraque de sus buques y atención a sus pasajeros. El primer muelle en Triana (Sevilla) junto al puente de Isabel II y el de la terminal de Sanlúcar de Barrameda con un primitivo muelle de madera en Bajo de Guía construido en 1908. Esta línea del Sr. Olaso servía para el desplazamiento regular de pasajeros y el acceso de turistas a Sanlúcar desde Sevilla, también era importante transporte del pescado desde el mar.  La compañía "Sevilla-Sanlúcar-Mar" prestaba incluso servicios fluviales urbanos, desde su muelle en Triana hasta Tablada, donde estaba el hipódromo donde se celebraban carreras de caballos en las fiestas. 


 

 

 

Barco a Vapor de la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar en el muelle de Triana donde atracaba 

La compañía del marqués de Olaso se inauguró con un primer vapor a paletas bautizado como "San Telmo", construido en 1876 en Inglaterra, donde había sido usado con diferentes nombres para varias compañías que operaban en las costas del sudoeste de Inglaterra, incluso fue usado como buque militar. Al principio este barco fue adquirido por Luis de Olaso y Madaria en 1921 para su uso como yate personal. Bautizado con el nombre de "San Telmo", en 1922 en Sevilla se convirtió en el barco comercial insignia de la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar. La bandera de esta compañía era rectangular con color de fondo azul marino, y en el centro una cruz patada en rojo. A este primer barco se unirían los vapores "Triana" "Bajo de Guía" y "Sanlúcar", todos ellos con chimeneas pintadas con los característicos colores rojo y negro. El vapor "Sanlúcar", construido expresamente para esta línea fluvial era de menor tonelaje que los otros, aunque de mayor lujo y comodidad, contando con salas de lectura y baile y restaurante. Finalmente, esta línea regular de vapores dejó de funcionar en el año 1932 debido a la pérdida de rentabilidad comercial pues cada vez tenía menos uso ya que en 1929 se estableció un servicio público de autobuses entre Sevilla y Sanlúcar. Por otra parte en mayo del año 1932 fue inaugurado el tranvía de “Tranvias de Sevilla” que unía la capital Sevilla con Puebla del Río, pasando por los pueblos de  San Juan de Aznalfarache, Gelves y Coria del Río, con lo cual la existencia del último residuo de la línea de Vapores dejó de tener sentido.

 

El recorrido desde Sevilla hasta Sanlúcar mediante el vapor se hacía en cuatro horas y media, teniendo lugar las salidas y llegadas entre las nueve de la mañana y las nueve y media de la noche. El itinerario de la que hacía de ordinario esta línea era : línea Sevilla, San Juan de Aznalfarache, Gelves, Huertas del Copero, Coria del Río, Puebla del Río y finalmente Sanlúcar. Si bien en algunos sitios no atracaban , sino que se detenían brevemente para cargar o descargar pasajeros y paquetes con un bote que los trasladaban a las orillas. Los barcos desplazaban unas 150 toneladas y contaban con todas las atenciones que un cliente pudiese demandar en aquellos años. La línea Sevilla-Sanlúcar-Mar funcionaba todo el año aunque, lógicamente, la frecuencia de salida de los vapores era mucho menor en primavera, otoño e invierno que en verano.

Estación marítima que se ha conocido como Edificio "El Faro", junto al puente de Triana, en el Altozano, donde se expendían los boletos para los vapores que iban a Sanlúcar.
 

Don Luis de Olaso y Madaria (Orduña 1880 - Buenos Aires 1947) era hijo único y heredero de un potentado terrateniente vascoargentino llamado José Rufino Olaso que fue el primer marqués de Olaso título otorgado por  el Papa Pío X . D. Luis de Olaso además de los vapores Sevilla-Sanlúcar fue propietario desde principios del siglo XX de la isla Mínima junto a la Isla Mayor (Sevilla) que tenía una extensión de de 2.300 Hectáreas. En 1910, el marqués D. Luis de Olaso, propietario de la Isla Mínima, solicitó al Ministerio de Fomento la concesión de agua para poner una parte de la Isla en riego, dejando el resto para aprovechamiento ganadero. Esto le es aprobado en marzo de 1911. El proyecto consistía en una toma de agua desde el comienzo de la Corta de los Jerónimos, un canal principal y nueve canales secundarios con ramificaciones dentro de la Isla Mínima.


Mural cerámico publicitario de la línea regular de vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar de la Naviera del Sr. Olaso. Diversos murales iguales  estuvieron colocados en distintos puntos  próximos a los puntos de embarque entre ellos  el Paseo de Colón de Sevilla, el Altozano de Triana, la Plaza de Sagunto y el bar Mariano de Coria del Río y Bonanza en Sanlúcar.

El marqués de Olaso, dueño de de la Isla Mínima (menos 196 hectáreas que pertenecían a la Junta de Obras del Puerto), construyó a orillas del río un soberbio cortijo con su embarcadero. El cortijo consistía en un caserío con vivienda, capilla, almacén para maquinaria, cuadras, silo, abrevadero, fuente, jardines,... El resto del terreno estaba por aquel entonces destinado a la cría de vacas. Por otra parte D. Luis Olaso con el grueso de su familia en Argentina y buenos contactos financieros contribuyo a que se crease la Compañía Hispalense de la Valoración de Las Marismas S.A.-con una importante aportación de capital argentino. Esta sociedad anónima consigue por primera vez con éxito la siembra de arroz en 1929 en tierras marismeñas aunque dio más tarde suspensión de pagos.

D. Luis de Olaso en el año 1927 vendió la Isla Mínima a la compañía Isla Mayor del Guadalquivir, S.A (ISMAGSA) otro consorcio financiero (que vino a sustituir a la Compañía Hispalense) dedicado a desecar los terrenos pantanosos de las marismas para convertirlos en aptos para el cultivo. Tiene pues sentido que a su vez en el mes de noviembre de 1932 cuando la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar suspendió sus servicios fluviales, la sociedad ISMAGSA comprase al marqués de Olaso la Isla Mínima. A principios de los años 1940 la Isla Mínima fue comprada en sociedad por D. José Escobar Barrilaro y D. Rafael Beca Mateos, quienes fundaron en ella junto al cortijo el Poblado de San Lorenzo del Guadalquivir destinados a trabajadores del arroz.

En su momento algunos de los vapores del Marqués de Olaso pasaron a manos de la referida compañía agrícola ISMAGSA. Finalmente D. Rafael Beca Mateo se hizo con el 50% del capital de ISMAGSA, de esa manera  Rafael Beca aprovechaba algunos antiguos vapores para el transporte logístico de mercancías y a veces pasajeros entre Sevilla y distintos muelles de la Isla Mayor y Menor. Así de esta manera Coria estuvo comunicada con el Puntal (hoy municipio de Isla Mayor) hasta comienzo de 1960 con barquitos ya de hélices y fueloil que usando el “brazo muerto” de los Jerónimos llegaban hasta ese núcleo de población.

martes, 19 de diciembre de 2023

39 . Coria del Río tras la Conquista de Sevilla de 1248

El Rey de Castilla y León Fernando III el Santo

F.J. Barragán de la Rosa Dic. 2023

 

El rey Alfonso X el Sabio repoblador de la Baja Andalucía

Introducción

Sevilla (capital del reino almohade en al-Ándalus) tras su conquista por Fernando III en 1248 se encontraba en una situación inestable por una parte la presión ejercida por el reino Nazarí de Granada y por otro el de Niebla. Se necesitaba continuar con la política ofensiva que reforzara estas conquistas. Jerez y Cádiz aunque ya había sido conquistada por Fernando III, a la muerte de éste sacudieron el yugo cristiano. Por su parte Alfonso X necesitaba realizar por una parte una política de repoblación y por otra continuar con la guerra para reforzar las fronteras.

 

La ciudad de Sevilla fue dotada de un impresionante alfoz que se extendía desde el Guadiana hasta la Campiña y desde la Sierra hasta la desembocadura del Guadalquivir. En el reino cristiano de Sevilla se constituyeron importantes concejos de realengo a los que se los dotó de amplia autonomía administrativa y de privilegios para favorecer la llegada de nuevos pobladores y la permanencia de las que se habían establecido en la región después de la Reconquista.

 

Mapa de La reconquista de La Baja Andalucía en el s. XIII

 

El alfoz del Aljarafe tenía cuatro distritos con sus centros rectores con sendas fortalezas (Aznalcóllar, Aznalcázar , Sanlúcar la Mayor y Tejada) orientados principalmente a defender el sector oeste que lindaba con el Reino de Niebla y posteriormente a la conquista de Niebla (1262) y el reino de Jerez de la Fra. (1264), se debió proteger el nuevo reino cristiano de Sevilla respecto a las ambiciones territoriales del reino de Portugal (banda gallega)

El Aljarafe estaba dividido en cuatro sectores básicos o distritos administrativos que fueron repartidos a los cristianos en el mismo momento que se hizo el reparto de Sevilla (1253):Tejada, Aznalcóllar, Aznalcázar y Aznalfarache junto a Sanlúcar  la Mayor .

 

-Al Oeste Campo de Tejada (Tejada, Paterna del Campo, Escacena del Campo, Manzanilla, Castilleja del Campo, Carrión de Calatrava )

 

-Zona Norte (Aznalcóllar, Guillena, Gerena y Burguillos)

 

-Zona Sur Occidental (Aznalcázar, Pilas e Hinojos)

 

- Zona Central entre el río Guadalquivir y Guadiamar ( Aljarafe propiamente dicho) (Aznalfarache , Sanlúcar la Mayor, Huévar, Salteras, Bollullos de la Mitación)

 

Mapa del Aljarafe medieval

 

 

En el caso de Coria en primer lugar decir que no formaba parte administrativamente del Aljarafe, sino que se consideraba como “guardia [por el río] de Sevilla y collación [o barrio por su proximidad]”, luego su concejo dependía directamente de Sevilla. A los musulmanes al principio se les respetó su religión, tradiciones y propiedades aunque su estatus de vencidos les llevaba a la pobreza, lo que les obligaba en un corto periodo de tiempo a convertirse en jornaleros o incluso esclavos de los pocos cristianos asentados en las áreas rurales. Desde un principio muchos de los musulmanes y sobre todo los más poderosos perdieron en el repartimiento de Sevilla de 1253 sus posesiones, el resto quedó integrado en un sector social muy humilde de campesinos vinculados especialmente a la agricultura de regadío o artesanos de oficios textiles o sobre todo vinculados a la albañilería. Los primeros contactos entre la población mudéjar y cristiana fueron más abiertos, pero con el tiempo surgió una desconfianza mutua y las condiciones de tolerancia fueron mermadas. La comunidad cristiana tenía cada una sus carnicerías (debido al método de sacrificio de las reses) a ello se añadió la prohibición del contacto de los profesionales de una u otra religión y por supuesto la exclusión de los matrimonios mixtos. Las diversas revueltas mudéjares (1264-1266) provocaron la expulsión de los musulmanes de diversas zonas del valle del Guadalquivir y en definitiva su despoblación. No tenemos datos numéricos de la población hispano-musulmana que quedó pero tras las expulsiones con motivo de las revueltas mudéjares debieron ser muy pocos.

 

 Fecha de los acontecimientos más importantes

               Hechos acaecidos

1248

Fernando III toma la ciudad de Sevilla a los árabes almohades y cae todo este reino taifa.

1252- 1253

Fernando III hizo donaciones y concesiones a los nobles más allegados al rey así como a los mandos de su ejército

1253

Alfonso X promulga los edictos para el reparto organizado de la tierra conquistada por su padre el rey  Fernando III en el reino de Sevilla. Coria en ese primer reparto de 1253 fue asignada a 500 hombres catalanes.

1264

Se produce la Rebelión de los Mudéjares apoyados por los benimerines del Magreb que el rey Alfonso X con dificultades logra dominar militarmente.

1265

Carta-puebla concedida por Alfonso X el Sabio a Coria para ser poblada por 150 repobladores catalanes. Coria es cabeza del término en el que se incluyen las alquerías de Loya y Uncina

1266

La revuelta de mudéjares fue sofocada completamente entonces, pero las consecuencias fueron graves y los mudéjares son expulsados de los territorios conquistados creándose un gran vacío poblacional.

Aprox.1270

Se creada la orden de Santa María de España o de la Estrella por Alfonso X para la defensa naval de la Corona de Castilla y especialmente bloquear el estrecho de Gibraltar a las tropas norteafricanas. Se puede suponer una de su galeras tiene su base en Coria del Río

1272

El rey castellano Alfonso X concede Carta-puebla a la Guardia (Puebla del Río) después de las revueltas mudéjares como parte de su programa de repoblación de todo el reino de Sevilla. La Guardia es concedida 200 repobladores que ocupan también los lugares de Villanueva don Joffré , la Torre de Alfonso Téllez , la Puebla Vieja y la Torre de Aben Maffon

1276-1277

Se puede situar el hecho que narra que  “Coira cabo Seuilla” fue quemada tal como muestra la “Cantiga de Santa María” 323 compuesta por el rey Alfonso X.

1275-1285

Cesa el repoblamiento con nuevos contingentes de migrantes cristianos debido a las dificultades de la periódicas razias de los benimerines gobernados Abu Yusuf y por la guerra civil en Castilla-León entre los partidarios de Alfonso X y los partidarios de su hijo Sancho, que se convertiría tras la muerte de su padre en 1284 en el rey Sancho IV

1280

La Orden militar naval de España o de la Estrella se extingue tras demostrar su ineficacia en su única gran expedición en el sitio fallido a Algeciras

1286

Las campañas de ataques por parte del sultán Abu Yusuf de los benimerines cesan en parte debido a su muerte en 1286.

 

Cuadro con fechas importantes respecto al estado de Coria del Río en el s. XIII tras la Conquista de Sevilla

 

 

Organización política y social de Coria tras 1248

 

Tras la conquista de Sevilla Durante los años 1252 y 1253 se hicieron donaciones y concesiones a los nobles más allegados al rey así como a su ejército. Un aspecto importante a considerar es que en las primeras actuaciones repobladoras se contemplaron las ciudades de Sevilla y Carmona (1253) lo que nos señala el interés inmediato por repoblar las ciudades-fortalezas mayores y también por dotar de propiedades a la familia real (infantes hijos de Fernando III, su segunda mujer Juana de Ponthieu, Doña Violante de Aragón, la reina Esposa de Alfonso X etc.). En principio se trató de asentar población cristiana de las personas que se habían participado en la conquista de Sevilla (1248) entre los mudéjares, (moros que habitaban las tierras conquistadas). No obstante tras las revueltas o intento de rebelión de los mudejares para revertir la conquista cristiana, estos emigraron al reino musulmán de Granada o fueron expulsados al Norte de África, con lo que se puede hablar de fundar municipios cristianos con repobladores venidos de todos los puntos del reino castellano-leonés, catalanes (aragoneses) e incluso navarros por lo que el reparto de tierras y casas permitió el asentamiento de una población que sustituyó a la población mudéjar desplazada, si bien sólo parcialmente. Con este proceso repoblador se produce una drástica ruptura con la etapa anterior islámica. con ello se produce un reordenamiento de la organización  territorial, una nueva cultura , una nueva religión , una nueva lengua y unas nuevas instituciones políticas. 

 En los años inmediatos anteriores a la conquista cristiana de 1248, hay diversas opiniones. J. González " niega que la hubieran cristianos mozárabes en el reino Taifa de Sevilla, alegando que, a mediados del siglo XII, los almohades expulsaron a cristianos y judíos de sus territorios”. A parte de a nobles cristianos, órdenes militares y gente muy importante hubo reparto entre las mesnadas que acompañaron al rey en la conquista. Gente menuda que acompañaron la conquista, en su mayoría eran castellanos, leoneses en menor medida a gallegos, portugueses, navarros y aragoneses (posiblemente conocidos genéricamente como “catalanes”).

Los repartos de la tierra conquistada por Fernando III en el reino de Sevilla fueron aprobados por su hijo Alfonso X el 1 de mayo del año 1253. De ellos queda constancia sobre a quienes les fueron asignadas las propiedades en el conocido como “Libro de los repartimientos”. Para realizar dicho repartimiento se creó la Junta de Partidores formada por el obispo don Remondo, Ruy López de Mendoza, Gonzalo García de Torquemada, Pedro Blasco y, por último, Fernán Servicial.

En un principio tras la conquista de 1248 a los antiguos pobladores musulmanes de Qawriya (Coria del Río), creemos que gracias a su rendición incondicional se les permitió en un principio seguir practicando su religión, usar su lengua y mantener sus costumbres. La comunidad musulmana se organizaba en la denominada aljamas o morería que ocupaba la parte baja el pueblo con su mezquita con cierto autonomía y autoorganización pero subordinados con servidumbre feudal a la guarnición cristiana que ocupaba la parte alta donde construyeron su propia parroquia dedicada a San Juan Bautista (ermita del Cerro)[nota 1].

Coria en ese primer reparto de 1253 fue asignada a 500 hombres catalanes probablemente ballesteros, muchos de ellos que aún estarían en la zona tras haber participado en la conquista de Sevilla en 1248 llevada a cabo por Fernando III el Santo. Aunque no consta detalles de cual sería el territorio asignado a esos 500 catalanes que aparecen en el libro de repartimientos, para tan gran numero de repobladores asignados es verosímil que se asignase un a serie de alquerías mucho mayor que las que efectivamente después formarían el término de Coria, por lo tanto  La idea de la defensa de Sevilla para evitar las incursiones directas de enemigos moros por el río Guadalquivir, sería desarrollada por el sucesor de Fernando III, su hijo y heredero de la Corona Alfonso X el Sabio. Naturalmente la ciudad de Sevilla era jurisdicción directa del rey, aunque su gobierno y repoblación se confiaba a los más notables caballeros de la nobleza que habían participado en su conquista a los moros. Respecto a las alquerías ribereñas de la margen derecha del Guadalquivir dotaría de guarniciones militares a las mismas con ciudadanos-repobladores cristianos que al mismo tiempo que ejercían funciones militares se hacían cargo de recabar impuestos de los pobladores moros y actuarían como dueños del término municipal asignado (los pueblos inmediatos a la ciudad fortificada de Sevilla en la comarca de la Ribera del Guadalquivir eran Alcalá del Río, Salteras , Santiponce, Mitación de Aznalfarache con los núcleos de Camas, la Rinconada, San Juan/Tomares , Triana, Gelves, Palomares, Coria y La Guardia o actual Puebla del Río) . También señalar que la Algaba la cedió Fernando III a su hijo el infante Don Fadrique, mientras que Gelves permaneció bajo el control directa del Rey Alfonso X lo que se denomina en el lenguaje de entonces "pertenecía al Almacen del Rey".  Palomares junto a Almensilla y Mairena del Aljarafe (Mirenilla)  era una mitación constituida por diversas alquerías recibía el nombre de Criada y Paterna de los Judíos , fue repartida en donadíos y heredamientos a nobles caballeros que participaron en la reconquista de Sevilla y a un grupo de judíos que eran protegidos directos de la Corona. La Mitación de Criada en el repartimiento quedó bajo control de la familia real de Alfonso X.

 Por lo que se refiere a la margen izquierda del Guadalquivir nos encontramos principalmente con  o una serie de pequeñas colinas donde se asentaban una serie continua de "atalayas de aviso" colocadas sobre el borde de las terrazas fluviales del Guadalquivir por donde transcurría el "arrecife"que comunicaba Sevilla con Jerez. Las "atalayas" lindaban hacia el río por los terrenos inundables, tierras bajas marismeñas y por el canal del Caño de la Vera, y otros caños del río, por tanto de manera natural difíciles de atacar y fáciles de defender . No obstante dichas atalayas estaban subordinadas notables municipios muy bien fortificados con poderosos castillos  dominando tanto la comarca de la Campiña como las marismas esta del Guadalquivir (zona que se conoció tras la reconquista cristiana como banda Morisca) y que fueron objeto de repartimiento  todas ellas dependientes del cabildo de la Ciudad de Sevilla con excepción de las Cabezas :como Alcalá de Guadaira junto a la Mitación de Dos Hermanas, le seguía Utrera , Villafranca de las Marismas, Las Cabezas de San Juan (entregada a la Orden hospitalaria de San Juan) y Lebrija (conquistada en  1264).

 Por tanto centrándonos en la ribera derecha del Guadalquivir donde se halla Coria del Río los soldados-repobladores habrían sido distribuidos por los pueblos que mayor importancia estratégica tenían para hacer efectiva la ocupación del territorio en el que Sevilla podía tener más interés como son los pueblos de la ribera del Guadalquivir constituidos en “guardia y collación de Sevilla” con objeto de bloquear cualquier amenaza que llegase por el río Guadalquivir: Alcalá del Río,  Salteras (con Valencina ), Triana, Coria y la Puebla del Río. Lo cierto es que en la Carta-puebla concedida a Coria, junto a las aldeas de Loya y Uncina por Alfonso X el Sabio en 1265, se les concede el lugar a 150 repobladores catalanes para que se asienten con sus familias con la condición de que siguieran poblando dichos lugares y defendiendo el territorio a cambio de disfrutar del mismo fuero y franquicias que los vecinos de Sevilla ciudad. Los ballesteros eran una unidad muy importante del ejército cristiano en la conquista pues tenían una consideración mayor que los simples peones. Manejar y mantener una ballesta era algo complicado, a su vez exigía practicar el tiro y por último había actuado como gente apostada en las galeras para disparar sobre los moros que defendían Sevilla desde las orillas, en cierto modo también actuaban como “infantería de marina”.

Interior de la Ermita de San Juan Bautista en el Cerro Alto de Coria del Río, la que pudo ser la primitiva parroquia de Coria del Río. Su estilo constructivo simple muestra un gran grado de coincidencia con las "iglesias de reconquista" construidas en el ámbito aragonés y catalán durante los s. XI-XII. El último arco que corresponde con el altar mayor era también un arco apuntado pero fue objeto de modificación en una restauración anterior , hoy en día está repuesto en su forma original.

 

Alfonso X también les dio tierras a judíos tras 1253 [nota 2], tal como es el caso de Paterna Harab término de Mairena (segregado de Palomares) conocía como la aldea de los judíos. No confundir con Paterna del Campo (Paterna Fabula) que estaba en el campo de Tejada. Criada se llamaba el actual casco antiguo de Palomares.

Para entender el repartimiento efectuado por Alfonso X, debemos conocer la estructura previa del territorio que formaba el Reino islámico de Isbiliya (Sevilla). Sevilla era la capital o ciudad de la que dependían unos castillos que organizaba el territorio militarmente, en unos cuantos distritos (iqlim) como por ejemplo Hisn al Farach (Aznalfarache) del que dependía Qawriya (Coria) al igual de innumerables alquerías (practicamente grandes cortijadas equivalente a aldeas) que tenían un pequeño término contributivo donde se desarrollaba la agricultura. La administración de los tributos se llevaba de manera directa sobre las alquerías desde la medina (ciudad) de Isbiliya. Las alquerías estaban gobernada por cargos personales nombrados desde la ciudad. El cambio de la estructura territorial tras la conquista castellana contempla agrupar varias antiguas alquerías bajo la unidad jurisdiccional de un municipio (que toma consideración de villa o de collación si se considera un barrio de la ciudad de Sevilla). Por tanto diversas alquerías se condensan en "lugares" (pueblos) gobernados por un Concejo Municipal cuyos concejales o justicias eran refrendados por la ciudad. El conjunto de lugares o pueblos que concentran tanto en habitantes como los términos de las antiguas alquerías pasan a constituir el alfoz de la Ciudad de Sevilla, que da autonomía municipal a los concejos (ayuntamientos), pero de manera limitada pues tiene que confirmar los cargos municipales de los concejos. Se establecen unos nuevos sistemas de impuestos actuando la Ciudad de Sevilla, controlada por su "señor el rey", como a su vez autoridad feudal de todos los "lugares y villas" su alfoz. La propiedad territorial de cada concejo se divide en "bienes de propios" (tierras arrendadas principalmente aunque no necesariamente a los vecinos del lugar, los bienes de propios originan los ingresos necesarios para el funcionamiento del municipio) y en "bienes del común" (las tierras menos productivas) que son explotados mancomunalmente por los vecinos, generalmente representan zonas de pastos, tierras de tercera calidad  y arboledas de los que ellos explotan para su beneficio directo siguiendo ciertas reglas. También los "bienes del común" aunque de manera menos frecuente a veces pueden ser cultivados en parte por los vecinos bajo un sistema de sorteo. 

Tras la conquista de Sevilla lo primero que se hizo fue ver lo que realmente existía en los distintos pueblos del Reino conquistado (población y sus categorías civiles). Análogamente con respecto a los pobladores y conquistadores se tomo en consideración su condición social y su contribución a la conquista para repartirles casas y campos. Luego vino la tarea de conceder tierras y gentes musulmanas para los cristianos gobernasen feudalmente en cada una de las entidades de población. Del conjunto de poblaciones existentes, la mayoría recibían el título de alquería (quedando dentro de este territorio aldeas, cortijos y predios). Identificándose como villa tan sólo a aquellos lugares de mayor importancia y por último como “collaciones” a los distintos barrios del interior de la ciudad de Sevilla o los pueblos más cercanos a esa ciudad que estaban cerca del Río Guadalquivir.

El territorio en los concejos municipales se distribuía de la siguiente manera: un núcleo poblacional principal del que dependía un alfoz o término del concejo (cabeza del término) , constituido en muchas ocasiones por unidades poblacionales menores, que dependían plenamente de la cabeza del término (Coria era la cabeza y en su término existían las alquerías o aldeas de Loya y Uncina). Este sistema se configuró como una forma de protección de la ciudad de Sevilla de los peligros que pudiesen venir de la zona de frontera, de tal manera que el enemigo tuviera que atravesar un extenso espacio fortificado antes de llegar a ella.

Sabemos por el Libro del Repartimiento de Sevilla referido al año 1253 que Coria se concedió para repoblarla a 500 hombres catalanes : nuevos habitantes que vendrían a unirse a una imprecisa población musulmana sin duda diezmada por los avatares de la guerra y la consiguiente emigración. A esos pobladores catalanes se les asigna propiedades diversas. Con todo el haber acabado la conquista de Sevilla pero que la guerra continuaba con los reinos de Niebla y Jerez indudable debió ser un factor disuasorio para los nuevos pobladores que no debieron en su totalidad establecerse en Coria. Podemos suponer así, que la zona vivió demográficamente hablando un cierto vacío en los primeros años de su historia dentro del reino castellano-leonés.

 

Otra cuestión muy importante relativa a la repoblación cristiana fue delimitar la zona comunal de monte y dehesa, a las que los repobladores tenían derecho de disfrute que en este caso ocuparon el mayor porcentaje del término.

La dehesas boyal era el terreno comunales donde podía pastar libremente los bueyes de los vecinos (estaba en el centro de Aquel Lado y se conocía como Dehesa de Loya). También había otra zona dedicada al pastoreo comunales de otros ganados sobre todo vacas y yeguas que eran los montes de la Cascajera (más amplia de lo que hoy es la finca de igual nombre y que comprendía los pagos actuales de la Hermandad, Dehesa Atalaya y cortijo de la Cascajera) a esto se le sumaba la zona de marismas cercanas al cortijo de Cestero, cortijo de las Palmillas, el caño de Jaraquemada y el caño de las Cabras. El resto eran tierras de pan sembrar.


También están los ejidos que eran los prados comunes cercano al pueblo, lindante con él, que no se labraba, y donde solía reunirse los ganados y establecerse las eras. En el caso de Coria esto ocurría en la margen derecha con el Prado de la Villa y el Prado de Sevilla (el trozo más en dirección hacia Sevilla que también se conoció más tarde como Prado de la Magdalena).

Dificultades en la Repoblación del Bajo Guadalquivir

 

Al principio Coria tenía la consideración de una alquería árabe convertida en “collación” de la Sevilla cristiana, pero una vez consolidad el dominio del territorio y completada la repoblación Coria pasó a la categoría de villa de realengo. Como hemos indicado anteriormente en el 1253 se intenta repoblar Coria con 500 hombres catalanes (Libro de Repartimiento de Sevilla) y en 1265 según consta en la Carta Puebla dada a Coria por Alfonso X se repobló con 150 vecinos catalanes. En 1265 quedó definida la frontera entre Castilla y el reino de Granada en la zona del Estrecho. Las poblaciones de Arcos de la Frontera, Jerez de la Fra., Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia y Vejer de la Fra fijaron como fortalezas cristianas el límite.

La cuestión es :¿qué pasó entretanto para que la donación final fuese a 150 repobladores en 1265 y no a los 500 previstos inicialmente por Alfonso X? Sencillamente el rey Alfonso X pensó desplazar población mudéjar de aquellas plazas más estratégicas y sustituirla por repobladores cristianos, emprendió política de reubicación. Esta política desencadenó que se produjese en 1264 la Rebelión de los Mudéjares apoyados por los benimerines del Magreb lo que obligó a Alfonso X a replantearse la situación de convivencia entre hispanomusulmanes y castellanos. Los musulmanes lograron que triunfase su rebelión en diversas ciudades la principal de ellas Jerez. Dichas ciudades debieron ser reconquistadas y sobre la marcha los musulmanes fueron expulsados, las mezquitas convertidas en iglesias, y la región fue poblada por cristianos de otros lugares.

Esta revuelta de mudéjares fue sofocada completamente en 1266, pero sus efectos fueron notables. La rebelión fue tan grave y generalizada en la Baja Andalucía, que el monarca castellano no sólo la reprimió violentamente, sino que decretó la expulsión de la población musulmana de todos los territorios conquistados. De esta forma hubo que redistribuir a los repobladores cristianos como fuerza de choque y ocupar los lugares más estratégicos que habían quedado vacios de mudéjares. También Alfonso X pagó a cristianos de otros lugares para que se establecieran en las tierras anteriormente musulmanas y desde ese momento, los musulmanes pasaron a ser casi inexistentes en Andalucía Occidental. No obstante el hecho de que en Coria se asentasen 150 vecinos repobladores catalanes como atestigua la Cartapuebla concedida en 1265, que son muchos vecinos para las condiciones que se daban en esos momentos da una muestra de la importancia que Alfonso dio a esta población como un lugar estratégico desde el punto de vista militar.

En 1265 al conceder Alfonso X el lugar a 150 catalanes para que la repoblasen, muy probablemente pierde Coria su condición anterior de alquería del concejo de Sevilla y pasa a ser Villa de Realengo aunque también dependiente de la ciudad de Sevilla. En sus casas los vecinos de Coria podían edificar hornos para cocer su pan, pero no el ajeno. Luego, en 1272, Alfonso X dio La Guardia (Puebla del Río) a 200 pobladores.


La Cartapuebla de la Guardia (Puebla del Río) es 1272 por tanto después de las revueltas mudéjares y supone la repoblación por parte de 200 repobladores de las tierras entregadas por el rey. Los 200 vecinos repobladores reciben, a parte del sitio de la Guardia como cabeza del término, otras alcarias que son: Villanueva que fue de don Joffré (La Cartuja, frente a la entrada de los Arrayanes) , la Torre de Alfonso Téllez , la Puebla Vieja (Venta de la Negra) y la torre de Aben Maffon (la torre de Benamajón) junto al brazo del río llamado Brazo de la Torre (en la loma de la curva de Casanieves/Casa de Neves) y las dos islas de los Capitoles”( Captol-Isla Menor y Captur-Isla Mayor)

La cuestión no se quedó en eso sino que a continuación los benimerines van a hacer incursiones periódicas desde el año 1275 hasta 1286, en las que van a subir por el Guadalquivir y sus tierras aledañas desde Algeciras. Sus tropas enviadas por el sultán Abu Yusuf van a hacer que la Guardia (Puebla del Río) y Coria sufran más duramente los ataques benimerines de tal manera que en el primero de ellos tal como muestra la “Cantiga de Santa María” 323 de Alfonso X  que podemos situar entre 1275-1277 “Coira cabo Seuilla” fue quemada como otras muchas aldeas. Debido a esta situación rápidamente las otras dos aldeas de Coria de Uncina y de Loya quedaron despobladas.

En 1275 los benimerines con sus razias saquearon los campos próximos a Jerez de la Frontera, Sevilla, Córdoba y Jaén. De manera parecida en 1277 se produjeron razias contras las poblaciones de Sevilla, llegando a tomar los castillos de Guillena, Cantillana y Alcolea del Río. Mientras por el sur se llegó a saquear Rota, Sanlúcar y el Puerto de Santa María. A finales de 1277 el sultán Abu Yusuf sitió Córdoba, saqueando sus arrabales. Ante este panorama Alfonso X solicitó la paz a Abu Yusuf que fue firmada en Algeciras el mes de febrero de 1278. Pero unos meses después Alfonso X decidió romper la tregua e inicia el sitio de Algeciras que acabó con un desastre tanto naval pues toda la flota fue quemada como por tierra en que los castellanos son puestos en fuga. Los benimerines nuevamente en su campaña de abril-mayo de 1283 saquearon las tierras de Sevilla partiendo desde sus bases de Algeciras y Tarifa. No obstante esta sería la última incursión de los benimerines hasta Sevilla pues tras la muerte del sultán Abu Yusuf en 1286 la iniciativa bélica de los benimerines perdió fuerza. 


Los meriníes o benimerines con su base de operaciones en Ceuta, Gibraltar, Algeciras y Tarifa lanzaban razias en la segunda mitad del s. XII con gran éxito que provocaban el desánimo de los primeros pobladores cristianos de la Baja Andalucía. Estas expediciones eran cabalgadas de saqueo que solían seguir para subir o para bajar el curso del río Guadalquivir estando pues Coria  en primera línea de sus acciones.

 

 

 

Conclusión

Entre 1275-1285 el repoblamiento de la zona sevillana con nuevos contingentes de migrantes cristianos cesó debido a las dificultades políticas y militares (algunos ataques de los musulmanes benimerines a través del río Guadalquivir y guerra civil castellana) .En definitiva el que pudiese echar raíces los catalanes asentados en Coria no consta, debido a las causas de inestabilidad debido a las guerras que se produjeron en esas fechas posteriores a la conquista de Sevilla de 1248 como ya hemos señalado. A la postre en nuevas campañas repobladoras en Coria dominaría el aporte de repobladores venidos de León y Castilla, aunque esta cuestión está aún pendiente de investigar en más profundidad.


 

NOTAS

 

 

[nota 1]. El estilo de la construcción de la ermita de San Juan Bautista de Coria del Río guarda mucha similitud con otras construcciones hechas por el reino de Aragón en sus asentamiento ganados a los musulmanes durante el proceso de la Reconquista aragonesa-catalana, por eso se han denominado iglesias del tipo “reconquista”, pero es bastante singular en el Aljarafe y sólo guarda relación con alguna otra ermita de la Sierra Norte de Sevilla atribuida a la Orden del Temple.

 

[nota 2].Los judíos en el repartimiento de Sevilla, recibieron la alquería de Paterna Harab ( no confundir con Paterna Fabula junto a Escacena del Campo y a Castiella Abencameit o Castilleja del Campo) , que tomaría el significativo nombre de “Paterna de los Judíos” una alquería entre Palomares y Mairena (hoy término de Mairena del Aljarafe), y la heredad de pan en Aznalcázar. Son los beneficiados en el ámbito rural del Repartimiento. Fueron, sobre todo, los oficiales judíos de la corte de Alfonso X, como los almojarifes (cobradores de impuestos), alfaquíes (expertos en leyes), mandaderos (embajadores), astrónomos y un escribano, los que obtuvieron el volumen más importante de casas, viñas, olivares, campos y molinos en Sevilla y sus alrededores, pero esto se debió más al oficio que desempeñaban que a su condición de judíos. Así, en el Repartimiento se les llama «judíos del Rey» y sorprende el pequeño número, veintisiete, de los que fueron heredados en Paterna Harab, si sabemos que en Sevilla había tres sinagogas. A finales del s. XIII, el notable crecimiento del número de judíos en Sevilla les obligó a salir del perímetro de la judería y asentarse en las collaciones cristianas aledañas a la ciudad como en Coria.